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jueves, 13 de junio de 2013

 

 

 

Autor: Marian Torrabadella Gil.

 

Me gustaría con estas líneas abrir el debate sobre la reproducción y el papel de la mujer. En estos tiempos donde, observamos de una forma perpleja, como desde los poderes políticos se le está quitando poder a la mujer sobre su propio cuerpo (nueva ley del aborto) que tanto tiempo nos había costado conseguir, aunque esta senda fuera aún incipiente. Quiero plantear una reflexión sobre el papel de la mujer en el proceso de la reproducción y como todos los estamentos institucionales hablan sobre él, sin que la propia mujer sea, incluso, consciente de ello.

“La reproducción humana no es un asunto meramente biológico, sino que es una actividad social que está determinada sobre diferentes condicionantes políticos, materiales y socioculturales” (Torrabadella, et at 2012).

Muchos sociólogos  y antropólogos apoyan que la verdadera libertad e independencia de la mujer comenzó con el uso de los medios anticonceptivos, o sea el hecho que la propia mujer actuara y decidiera sobre su cuerpo cuando quería o no concebir y disfrutar así de la sexualidad, tantos años denegada a la mujer y condicionada a su reproducción.

Durante muchos años los saberes del cuerpo femenino se ha ido trasmitiendo de madre a hija, mediante la tradición oral.  Saberes que permitía a la mujer conocer su propio aparato reproductor y los ciclos que en el ocurren; ovulación,  menstruación,  fecundación, implantación,  la trasformación que sufre el cuerpo durante el embarazo y el puerperio. Pero ahora estos saberes,  han sido relegados por el saber biomédico. Son los expertos los que nos guían y ordenan sobre lo que debemos hacer con nuestro cuerpo, de una forma paternalista relegan a la mujer sobre la toma de decisiones, nos volvemos simples contenedores, a medida que va pasando el ciclo del embarazo, el feto toma el poder sobre el cuerpo de la mujer.

Mi pretensión es abrir el debate sobre la responsabilidad de la propia mujer sobre su cuerpo, conocerlo y no ser simplemente actores secundarios del proceso de reproducción,  donde se convierten en principales actores el feto y el experto sanitario, relegando a la mujer durante todo el proceso a un lugar de mera importancia.

Existe un movimiento de antropólogas que han estudiado y están estudiando el proceso de atención durante el embarazo y puerperio. Es el caso de Montes Muñoz, que a través de un estudio cualitativo realizado durante el itinerario asistencial de las mujeres durante el embarazo, analiza:

“el  <no saber de las mujeres>, la expropiación del embarazo en que ellas parecen invisibilizarse,  hasta la educación de que son objeto durante la gestación (Montes Muñoz; 2010)

Montes Muñoz recogió en sus investigaciones la percepción o mejor dicho la autopercepción de las mujeres en el <<no saber>> de sus propios cambios durante el proceso reproductivo y como los expertos sanitarios en vez de corregir esta carencia, la fomentaba. Como en el caso que expone de una informante.

“Me dijo: <<Bueno, yo no te voy a contar todo lo que vamos a hacer porque si te lo cuento todo ahora cuando salgas por esa puerta te vas a hacer un lío y no vas a entender nada”. Dije: <<Oye, que no soy tonta, si me ocultas información sobre mi embarazo yo la voy a buscar en otras fuentes>>”(Montes Muñoz:2010 ).

Otra observación que realizo esta autora, es que en ocasiones daba la sensación que el control del cuerpo se realizaba sin la implicación de la mujer gestante, apunta que desde la aparición de la ecografía cualquier signo o síntoma que perciba la madre no es relevante, porque toda la información se recoge  en la imagen que allí se proyecta. Un ejemplo de ello, es que ya no se le da validez a la fecha de la última regla que aporta la madre,  sino a lo que la imagen ecográfica refleje,  dándole una validez absoluta y anulando una vez más a los conocimientos y sensaciones que aporta la  mujer.

Las mujeres y sus parejas vagan por el proceso de atención del embarazo sin información, son estudiadas como meros portadores, como refleja otra informante

 <<He ido para nada, esta señora nunca explica nada: Le dije: “¿Está bien?” Y como si le hablara a la pared…Debe ser que piensa que total, no lo vas a entender o algo así, no sé... Me hacen cosas pero no me explican lo qué es>>(Montes Muñoz; 2010)

Nos podemos hacer esta pregunta: ¿cuándo es responsable la mujer de su propio cuerpo? Y la respuesta es sorprendente, ya que a la mujer se le exige toda clase de conocimientos, aunque se le haya desprovisto de todo saber, pues desde los estamentos sanitarios es la responsable de lo que en ella acontezca.

Montes señala la culpabilización de  los expertos hacia la mujer gestante . Como decía una matrona:

 <<Es más fácil tomar una pastilla de hierro que no mirar qué comida es necesaria para que no necesite aporte de hierro>> (Montes Muñoz; 2010)

Montes Muñoz  lo traduce como la <<culpabilización de la víctima>>, primero expropio y desvalorizo tus saberes imponiendo los del experto y luego la responsabilidad por no saber recae sobre la mujer gestante.

“La monopolización de la información, el control total de las técnicas y el poder que socialmente se ha otorgado al sistema médico, unido a unas relaciones jerárquicas e infantizadoras, anula el saber y la confianza de las mujeres en sí mismas y en sus cuerpos y , como consecuencia aumenta su dependencia respecto a los especialistas” (Montes Muñoz; 2010).

No obstante, concluye la autora, en los últimos años se está produciendo una vertiente renovadora en los profesionales y en el propio sistema, que reconsidera las opiniones y decisiones de la mujer sobre su propio cuerpo. Tenemos hacer hincapié en que las mujeres también somos responsables de la situación en las que estamos y revelarnos ante el poder institucional y biomédico que anula todo conocimiento y decisión sobre nuestro cuerpo. Debemos comprometernos en querer saber más y dejar que nuestro cuerpo hable y se comunique con nosotros, permitir que viejos saberes que están reconocidos como válidos, vuelvan a fluir por nuestros cuerpos.

Espero que estas líneas hayan servido para propiciar un debate sobre el papel de la mujer y de los profesionales sanitarios en la reproducción humana. Este texto es el preámbulo para una nueva sección que pretendemos abrir en el blog sobre las diferentes formas de ver la reproducción, todas válidas y respetables. En breve tendremos una entrevista de una reciente madre que tomó la decisión de alumbrar en su propia casa y que nos contará su experiencia.

Bibliografía:
Torrabadella Gil, M.A.; Caro Fernández,  R; Frías Neira, H.(2012) << El papel de la enfermería en las nuevas técnicas de reproducción humana: planes de cuidados.>> Ediciones Anaquel , Sevilla.

Montes Muñoz, M.J.(2010)<< Mujeres, reproducción y género. Encuentros asistenciales en el embarazo y parto.>> En Antropología, género, salud y atención. Ediciones Bellaterra, Barcelona.

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